miércoles, julio 25, 2007



Cada vez que intento explicar qué es para mi el Poris, qué significa el verano en mi pueblo, se me llena la cara con una enorme sonrisa y sólo puedo transmitir felicidad y calma. Desde que tengo uso de razón este paraje al sur de la isla ha sido mi segundo hogar. Lo he vivido todo; tengo experiencias y vivencias para rellenar páginas y páginas de diarios; recuerdo momentos buenos, muy buenos e increíbles, y aunque también ha habido malos, éstos son los menos.

Respecto a mi pequeño paraíso no tengo más que buenas palabras y miradas llenas de amor hacia él. Y es ahora desde la distancia, no pudiendo disfrutarlo todo lo que quisiera; cuando ya mis amigos han tomado caminos divergentes y nos esforzamos por intentar mantener vivo el recuerdo, cuando me doy cuenta de lo que añoro estar allí cada vez que me siento sola, cada vez que necesito gritar, escapar, descansar; de las esperanzas e ilusiones que me invaden cada vez que vuelvo a ver el Faro desde el muelle. Es allí donde mis mayores fantasías se hicieron realidad y es allí donde siempre quiero regresar.


Para todos aquellos que han arrojado un pedacito de su corazón a nuestro mar, porque no hay otro igual.