Quién habla?

Es verano y absolutamente todo se me pega al cuerpo, hasta la piel está tan pegada que no deja respirar a los músculos ni a los huesos. Estoy sola, pero sin embargo todos mis fantasmas me acompañan y me hacen compañía. Mantienen mi mente trabajando, sin descanso... qué calor!!!!! no soportan que no les haga caso, o que intente mandarles a dar una vuelta.



Incordian, pero así no estoy sola...o sí!!! aaaaaaaaaaah...que lío, que calor, no pienso, no soy capaz de ordenar mi cabeza. Menuda fiesta tienen montada, y yo que no quiero estar, no me dejan ir.



Ya divago...no mentira, me hacen divagar



...pero espera...si son mis fantasmas, ellos son parte de mi, yo soy parte de ellos...formamos uno. Entonces, quién divaga? ellos? yo? todos a la vez?



Bueno da igual.

Madrid en esencia

Caminar por las calles de Madrid es una maravilla, nunca sabes que puedes encontrarte pasado el siguiente rincón, en cada calle, en cada esquina; irradia historia. Siempre me ha gustado esta ciudad, y a pesar de que he podido gozar de unas vistas asombrosas estando en las afueras, nunca hasta ahora me he llevado una sorpresa tan grata como la que me llevé al subir al séptimo piso del Círculo de Bellas Artes en pleno atardecer de verano.

La foto desmerce la belleza de las vistas, pero aún así no pude resistirme en intentar plasmar su esplendor.

Mi consejo, es que sin duda, todos aquellos que vengan a Madrid deberían buscar un hueco, no más de media hora y subir a respirar la ciudad en toda su esencia.